Rosario de la Aurora

Septiembre Mes de La Natividad de la Santísima Virgen María

"Divina Infantita"

ORACIÓN INICIAL

¡Oh María santísima! elegida y destinada desde la eternidad por la augustísima Trinidad para Madre del unigénito Hijo del Padre, anunciada por los Profetas, esperada de los Patriarcas, y deseada de todas las gentes; sagrario y templo vivo del Espíritu Santo, sol sin mancha, porque fuisteis concebida sin pecado original, Señora del cielo y de la tierra, Reina de los Ángeles; nosotros humildemente postrados os veneramos, y nos alegramos de la solemne conmemoración anual de vuestro felicísimo Nacimiento; y de lo más íntimo de nuestro corazón os suplicamos que os dignéis benigna venir a nacer espiritualmente en nuestras almas, para que cautivadas estas por vuestra amabilidad y dulzura, vivan siempre unidas a vuestro dulcísimo y amabilísimo Corazón.

Los Siete Dolores de la Santísima Virgen María

"¡Una espada de dolor te atravesará el corazón"

1º La profecía de Simeón (S. Lucas II, 22 al 35)

Tu primer dolor agudo, ¡oh, Purísima María¡
fue la triste profecía del anciano Simeón.
Por aquesta grande pena que el anciano te predijo,
de tu amado y santo Hijo haz que honremos la Pasión.

2º La persecución de Herodes y la huida a Egipto (S. Mateo II, 13 al 15)

Al Egipto presurosa, apenada y afligida,
con Jesús, la eterna vida, te tuviste que marchar.
Por aquesta grande pena, ¡ oh, María ¡ , te rogamos
que, prudentes, siempre huyamos del peligro de pecar.

3º Jesús perdido en el Templo, por tres días (S. Lucas II, 41 al 50)

A tu caro y tierno Niño por tres días lo perdiste.
¡Ay, qué angustia padeciste, qué tormento, qué dolor¡.
Por aquesta amarga pena, ¡oh, María¡, te rogamos
no permitas que perdamos por la culpa al Salvador.

4º La Virgen encuentra a Jesús, cargando la cruz ( Vía Crucis, 4ta estación)

Con tu Hijo te encontraste en la calle de amargura
y tu alma, Virgen Pura, una espada atravesó
Por aquesta amarga pena, ¡ oh, María¡, te rogamos
que a Jesús siempre sigamos por las huellas que trazó.

5º La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor (S. Juan XIX, 17 al 30)

Las angustias que sentiste, a Jesús viendo clavado
en la cruz y maltratado, ¿quién las puede describir?
Por aquesta amarga pena, ¡oh, María¡, te rogamos
Que, por Ti, a Jesús sigamos con fervor hasta morir.

6º María recibe a Jesús bajado de la Cruz (S. Marcos XV,42 al 46)

De Jesús el santo cuerpo, de la cruz ya descendido,
al mirarle tan herido,tu martirio se aumentó.
Por aquesta amarga pena, te pedimos confiados
No seamos desechados por quien tanto nos amó.

7º La sepultura de Jesús N. S. y la gran Soledad de su Divina Madre (S. Juan XIX, 38 al 42)

Para darle sepultura, de Jesús el cuerpo entregas
ý en un mar mayor te anegas de tormento y de dolor.
Por aquesta amarga pena, ¡oh, María¡, te rogamos
Que morir todos podamos en la gracia del Señor.

La Exaltación de la Santa Cruz

"La cruz nos recuerda el amor infinito de Jesucristo"

GOZOS EN HONOR A LA SANTA CRUZ

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo madero.

Sea alabado mil veces / El Santísimo Madero / De la Cruz, en que obró / Jesús, el remedio nuestro.

Y la sagrada pasión / De Redentor tan supremo, / Que siendo Dios se humanó / Para redimir a su pueblo.

Y bendito los dolores / De la Reina de los cielos, / Que como piadosa Madre / Le acompañó en los tormentos.

Así sea por los siglos, / Y de los siglos eternos, / Para que así para siempre, / La Santa Cruz adoremos.

Amén, oliva preciosa, / Amén, escogido cedro, / Amén, encumbrada palma, / Ciprés de la Iglesia excelso.

Amén, árbol de la vida, / Amén, hasta que en el cielo, / Por siglos y eternidades, / Tus alabanzas cantemos.

Salve, escala de Jacob, / De pecadores consuelo, / Por donde el arrepentido, / Ha de subir hasta el cielo.

Salve, muy preciosa vida, / Y de Dios amado centro; / Pues el licor de su viña / Lo entregó a mi alma y mi cuerpo.

Salve, fructífera oliva, / Luz de la paz, y medio / Que aplacas de un Dios airado, / Los enojos más severos.

Salve, milagrosa nave, / Que al tímido pasajero; / Cercado el bermejo mar, / Lo llevas a feliz puerto.

Benditas adoraciones, / Cruz bendita, te ofrecemos, / Pues no tiene el cielo más / Que los que en tus brazos vemos.

Tú eres la insignia y señal / Del cristiano verdadero, / Tú nos guardas y defiendes / De los enemigos nuestros.

Salve, Santísima Cruz, / Salve, dulcísimo leño, / Árbol cuyo fruto es Cristo. / Mi Redentor verdadero.

Salve, levantada palma / Que te elevas a los cielos, / Laurel y triunfo feliz / Del Hijo de Dios eterno.

Salve, cedro misterioso / Tálamo y florido leño / En cuyos brazos Jesús / Durmió de la muerte el sueño.

Salve instrumento sonoro / Donde el Cisne más supremo / Entonó dulces canciones / Al morir por mi remedio.

Salve arca soberana, / Que encierras el gran misterio / Del purísimo tesoro, / De todo el mundo remedio.

Nuestra Señora de la Merced

"¡La merced de tu amor y cercanía!"

ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA MERCED

Virgen de la Merced, Madre piadosa, que, a todos, tus mercedes siempre ofreces

y en nuestro corazón siempre floreces con aroma sutil de pura rosa.

Virgen de la Merced, Madre amorosa, que siempre ante tus hijos te enterneces,

que obtenga tu merced, mi alma, mil veces, que está de tu merced menesterosa.

Virgen de la Merced, nadie se asombre de ver que, igual que ayer, también hoy día

ofreces libertad a todo hombre; Concede esa merced y esa alegría

a cuantos veneramos hoy tu nombre, ¡la merced de tu amor y cercanía!

La Dedicación de San Miguel Arcángel

"Miguel que, lleno de valentía, Derribó al demonio"